martes, 11 de enero de 2011

Las cartas privadas de Jesús

"LAS CARTAS PRIVADAS DE JESÚS", SEGÚN MICHAEL BAIGENT
Ángel Almazán - 21/01/2007

Editado por Martínez Roca en enero de 2007. Un libro más que desmitologiza a Jesucristo y lo convierte en un maestro espiritual que se enfrentó al movimiento nacionalista zelote.

 


La reseña del libro en su contraportada

Hace veinte años, Michael Baignet y sus colegas asombraron al mundo con la controvertida teoría de que Jesucristo y María Magdalena se casaron y dieron origen a un linaje sagrado.

Su bestseller "El enigma sagrado" se convirtió en un fenómeno editorial sin precedentes en todo el mundo y constituyó la fuente principal de la que se sirvió Dan Brown para escribir "El código Da Vinci". Ahora, y con dos décadas más de investigación a sus espaldas, Michael Baignet vuelve a conmocionar a todos con este libro, en el que cuestiona, con nuevas y explosivas pruebas, todo lo que sabemos sobre la vida y la muerte de Jesús.



Mi opinión sobre el libro
 

Hace ya muchos años que leímos los libros "sangre-álicos" del trío formado por Michael Baigent, Richard Leigh y Henry Lincoln, y posteriormente hemos leído algunos de los libros que Baigent escribió a dueto con Leigh. Ahora nos ha llegado este último libro, "Las cartas privadas de Jesús" en la que Baigent, en solitario, se muestra un tanto intimista al relatarnos algunas vivencias personales de sus dos décadas últimas en la que nos desvela algunas experiencias vitales en su deambular profesional y como investigador de los orígenes del cristianismo y de algunos de sus grandes mitos y leyendas.

Al mismo tiempo, en este libro Baigent resume muy rápidamente las hipótesis desarrolladas en varias obras anteriores suyas escritas al alimón con Leigh y las que tenían también como coautor a Lincoln. El resumen de todo ello es la teoría de que Jesús se inició en Egipto, pertenecía al linaje real davídico, el movimiento "nacionalista-separatista" zelote le apoyó para que, ungido mesías, fuese el rey de la nueva Israel pero Jesús, debido a las doctrinas esotéricas adquiridas en Egipto, en el entorno del templo de Onías (donde le hace residir hasta casi los 30 años), rechaza el exoterismo político zelote, lo que provocará la venganza de éstos hacia Jesús, quien sería cruficado pero no llegaría a morir en la cruz, siendo reanimado y sanado por José de Arimatea y Nicodemo, para huir después a Egipto con su esposa, María Magdalena (la "grande", no "de Magdala"), y desde allí irían al litoral mediterráneo de la costa de Marsella, de donde arranca el "linaje sangre-álico".

En este nuevo libro libro se refiere Baigent a los manuscritos del Mar Muerto y los evangelios gnósticos de Nag Hagmadi, aparecidos en el siglo XIX, y que tanta conmoción ha provocado en muchos sectores de la intelectualidad y de la religión cristiana.

Huelga decir que para Baigent, Jesús es un hombre y no el Hijo de Dios, término por cierto que, según destaca, no aparece sólo en los evangelios, como se decía hasta hace poco, sino que también aparece en un manuscrito de los rollos del Mar Muerto (Qumran). "El Jesús de la historia no puede ser el Jesús de la fe que la teología nos presenta", concluye.


Tras argumentar que, en su opinión, Jesús lo que enseñó fue uno de los caminos o vías iniciáticas hacia "el Reino de Dios que está en el interior de cada ser humano", como dato realmente novedoso en todo este libro y que ocupa muy pocas páginas, pese a ser la razón de ser del título de la obra, Baigent nos desvela un texto descubierto por un ricachón judío al excavar una antiquísima vivienda en Jerusalén. Este individuo, coleccionista de antigüedades, encontró en 1961 dos papiros con textos en arameo y diversos objetos en el mismo contexto arqueológico datables en torno al 34 d.C. Se trataba de dos cartas dirigidas al Sanedrín judío por alguién que se autocalificaba de "bani meshiha" (el Mesías de los hijos de Israel), defendiéndose de la imputación de haberse autodenominado "Hijo de Dios".

Transcribo a Baigent: "En la primera carta, el mesías explicaba que no es que quisiera decir que él era "Dios", sino que el "Espíritu de Dios" se hallaba en él, no que el fuer "físicamente" Dios, pero que era "espiritualmente" un hijo de Dios adoptado. Y añadía que todo aquél que se sintiera lleno de "espíritu" era también "hijo de Dios".. En otras palabras, el mesías -que debió de ser el maestro que conocemos como Jesús- afirma de manera explícita en estas cartas que él no es divino, o por lo menos no más que cualquier otra persona.

Bueno... que cada cual saque sus conclusiones. Léase el libro y opínese sobre él. Desde un punto de vista cristiano las tesis de Baigent relativas a Jesús como únicamente hombre son rechazables; desde un enfoque tradicionalista-guenoniano, también... Desde una postura intelectual moderna, de investigación, son un intento más de descubrir lo que hay de histórico-arqueológico auténticamente sobre Jesús de Nazareth, un cúmulo de granos y pajas más que ayudan a hacer un granero tras la criba correspondiente. Y a cada uno le corresponde coger su criba particular.

No hay comentarios:

Publicar un comentario