martes, 21 de diciembre de 2010

El capitán Richard F. Burton

EL SECRETO ISLÁMICO DE RICHARD F. BURTON
Ángel Almazán - Soriaymas- 23/02/2003

Lo ha dado a conocer Edward Rice en la biografía de este personaje singular que fue uno de los primeros sufis occidentales y de los primeros en hablar sobre el sufismo.

 
Este sábado pasado hemos dedicado unas horas para leer por encima el libro de Edward Rice "El capitán Richard F. Burton" que tomamos prestado de la Biblioteca Pública de la sección de "novedades", aunque su cuarta y última edición es de mayo de 2001.


En sus casi 600 páginas de una letra pequeña - que "sincronísticamente" en algunos momentos desprenden un olor que nos ha rememorado durante su lectura a las especias orientales- el autor nos presenta una biografía de este notable personaje que encarna como muy pocos el arquetipo del aventurero decimonónico que mantiene una pistola en una mano y la pluma o el libro en la otra. Y es que Richard F. Burton (1821-1890), como dice Rice "fue el paradigma del erudito aventurero, un hombre que descolló por encima de los demás tanto en lo físico como en lo intelectual; fue miliar, científico, explorador y escritor, aunque durante buena parte de su vida estuvo además comprometido en la más romántica de las actividades, la del agente secreto".

Hablaba 29 lenguas y muchísimos dialectos, y fue un consumado maestro del disfraz: "por ejemplo se hizo pasar por afgano cuando realizó su famosa peregrinación a La Meca, por gitano entre las gentes que faenaban a orillas del Indo, por buhonero indescriptible y por derviche, por santón vagabundo cuando exploró diversas zonas del Sind, Beluchistán y el Punjab, siguiendo las instrucciones de su general; fue el primer europeo que pisó el suelo de Harfar, ciudad sagrada del este de África, aun cuando una treintena de blancos hubiesen sido expulsados o asesinados años antes; fue también el primer europeo que encabezó una expedición al África Central en busca del nacimiento del Nilo..".

Mas no es esta faceta de aventurero, etnólogo y naturalista la que nos ha movido a dedicar unas horas a este libro, sino su arabismo y orientalismo, o por decirlo de otra manera: su implicación en el hinduismo y en el islam.

El autor sostiene que Richard F. Burton, desde su estancia en Oxford -donde conoció la obra heterodoxa y hermética de Cornelio Agrippa- tuvo como meta la búsqueda de la Perfección Espiritual y que fue, ante todo, un converso musulmán que ocultó tal condición una y otra vez, siendo especialmente la vía sufi la que impregnó dicha búsqueda.

Transcribamos a este biógrafo:

"La vida de Burton transcurrió en una incesante búsqueda en pos del conocimiento secreto que él mismo calificó genéricamente de 'gnosis', mediante el cual aspiraba a desvelar la auténtica fuente de la existencia y el sentido del papel que había de desempeñar en la tierra. Esta búsqueda le condujo a investigar la cábala, la alquimia, el catolicismo romano, una casta hindú de las más arcaicas que existen -llamada 'de las serpientes'-, así como la Vía erótica denominada tantra, tras lo cual sondeó en las profundidades de las creencias sijs yu probó diversas variantes del islamismo antes de optar definitivamente por el sufismo, una disciplina mística que desafía todo calificativo tendente a la simplificación. Practicó con más o menos fidelidad las enseñanzas sufies durante el resto de su vida, constantemente en pos de las cumbres místicas que se mantienen inaccesibles para todos los humanos, salo para un puñado de elegidos, que los musulmanes definen como Insan-i Kamil, el Hombre Perfecto, que ha logrado alcanzar las más hondas metas espirituales.
Burton erigió a su alrededor una muralla tan formidable, sobre todo mediante la 'taquiya', que sus intereses religiosos han sido prácticamente ignorados. Pasó varios años en medio de una secta shií, los ismaelíes, que fueron un movimiento mesiánico en otro tiempo formidable, cuyos excesos en el pasado dieron al mundo entre otros frutos la palabra 'asesino'. Sin embargo, su compromiso más sensato y prolongado a lo largo de su vida con las enseñanzas del sufismo merece un estudio más pormenorizado. A juzgar por las bibliografías de las obras de erudición que versan sobre el islam, Burton fue el primer occidental que escribió para el público en general acerca del sufismo, sólo que en calidad de experto conocedor de la materia, aun cuando su compromiso siga siendo un paréntesis en blanco dentro de las biografías que sobre su persona se han escrito en este siglo y en el XIX. El islam preside los escritos que salieron de su pluma durante los últimos quince años de su vida; hizo además varias afirmaciones en tono elegíaco de lo que él llamaba 'la Fe Salvadora', que hoy en día ya no pueden pasarse por alto.

Aun entonces descubrió otros intereses esotéricos que iba a dedicarse a investigar: el espiritismo, la teosofía, las doctrinas de Hermes Trimegisto e incluso la percepción extrasensorial (Burton fue, en efecto, el primer autor en emplear esa locución 'percepción extrasensorial')..:".

Tradujo Burton "Las Mil y Una Noches", el "Jardín Perfumado"..., la "Ananga Ranga" y el "Kama Sutra", en los que incluyó notas basadas en su experiencia y conocimientos.

Durante su estancia en Oxford -dato de interés para los españoles- conoció personalmente a Pascual Gayangos, gran arabista español, quien le enseñó a escribir en árabe hacia 1840-1841.

Escribió muchos libros Burton, pero los que nos interesan especialmente son:

- "Sindh, and the Races tat inhabit the Valley of the Indus" (1852), donde describe pormenorizadamente una doble iniciación: primero entre los "sacerdotes serpientes Nagar" y posteriormente en la cofradía sufi Qadiriyya fundada por Abdul Qadir Gilani en el siglo XIII (capítulo VIII).

- Los tres volúmenes de "Mi peregrinación a Medina y La Meca" (editada por Alertes, Barcelona, 1983), por la descripción etnológica que hace relativa a esta peregrinación, y los datos que aporta sobre la mezquita de Medina en la que está la tumba de Muhammad, así como los que da sobre la Kaaba.

- Las anotaciones dadas en el relato "La reina de las serpientes" de "Las Mil y Una Noches", y especialmente su epílogo.

- Su traducción y anotaciones del "Mantiq ut-tayr" ("El coloquio o parlamento de las aves" de Fariduddin Attar.

Pero por los párrafos que publica Rice de "Mi peregrinación...." y la sinopsis que da, a nosotros, personalmente, nos da la impresión de que Burton era, como mucho, un musulmán muy heterodoxo y alejado realmente de la tradición gnóstica musulmana. Creemos que la iniciación qadirí que recibió no pasó de ser virtual, es decir que no la desarrolló después y que, incluso, se "extravío" y se fue por otros senderos más ocultistas que esotéricos, de ahí que rechacemos la afirmación de Rice respecto a que fue guiado por al-Khidr (Jadir el Verdeante). Aunque no podemos negar que estuvo fascinado por el esoterismo islámico.

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